sábado, 26 de septiembre de 2009

¿QUE EFECTO TIENE SU CONTAMINACION?



Industria del cloro y plantas de PVC:La industria del cloro y las plantas de PVC emiten un amplio rango de sustancias contaminantes entre las que cabe destacar el mercurio y las dioxinas.
Las dioxinas (policlorodibenzodioxinas, policlorodibenzofuranos y otras sustancias relacionadas, como PCBs) son uno de los grupos de sustancias químicas más estudiados debido a su gran toxicidad. Se forman como subproducto en procesos industriales en los que interviene el cloro, incluyendo la combustión de sustancias cloradas. Son conocidos los graves efectos causados por las dioxinas emitidas tras el accidente de una industria química en Seveso (Italia), los daños sobre los soldados americanos que lucharon en Vietnam y sus descendencias por las dioxinas que contenía el Agente Naranja o por el caso de Times Beach, Missouri (EE.UU.), en donde se tuvieron que evacuar a miles de personas al descubrirse elevados niveles de dioxinas en las carreteras locales que durante años habían sido rociadas con aceite industrial residual contaminado con dioxinas.Las dioxinas son sustancias persistentes y con tendencia a bioacumularse en toda la cadena alimentaria, de forma que su concentración aumenta en los eslabones superiores, donde se encuentra el ser humano. Por este motivo y por su elevada toxicidad, las dioxinas se encuentran entre el grupo de 12 sustancias (docena sucia) que el Convenio de Estocolmo sobre Compuestos Orgánicos Persistentes establece como prioritarias para su eliminación.Existen numerosos estudios sobre los efectos tóxicos de las dioxinas: cáncer, daños a los sistemas inmunológico, reproductor, endocrino y nervioso, alteraciones del desarrollo intelectual infantil...etc. Muchos de estos daños pueden ocurrir a dosis a las que las poblaciones de algunas zonas industrializadas ya están expuestas. Las dioxinas son sustancias cancerígenas en animales de experimentación y probables cancerígenas en los seres humanos.Los productos de PVC, además, incluyen en su composición numerosos aditivos que les confieren las características específicas que necesitan. Entre estos aditivos se encuentran estabilizantes, plastificantes, pirorretardantes, pigmentos, biocidas...etc, en cuya composición intervienen numerosas sustancias tóxicas: metales pesados (cadmio, plomo), ftalatos, parafinas cloradas, biocidas...etc.La gran toxicidad de estas sustancias y sus graves efectos sobre la salud están recogidos en los tratados de toxicología. Destacamos, por su importancia, los ftalatos, sustancias utilizadas como plastificantes que se encuentran en todos los productos blandos o elásticos, como envases, mangueras y tuberías, juguetes, bolsas de suero y sangre ...etc.Estudios de varios investigadores europeos y americanos indican que los ftalatos son contaminantes hormonales. Esto es, afectan al sistema hormonal produciendo distintos daños en el organismo, incluyendo la pérdida de fertilidad masculina.El PVC genera inevitablemente ácido clorhídrico, dioxinas y otras sustancias organocloradas de extrema toxicidad cuando se quema, ya que lleva cloro en su composición. Por otra parte, el PVC representa la principal fuente de cloro en los residuos urbanos. De hecho, la formación de dioxinas en las incineradoras y vertederos de basuras es debida fundamentalmente al PVC.
El mercurio es un metal, no esencial, extremadamente tóxico y sin ninguna función nutricional o bioquímica. Los mecanismos biológicos para eliminarlo son pobres y es el único metal que se biomagnifica, es decir que se acumula progresivamente según pasa por la cadena alimentaria. Además, tiende a permanecer en el medio dada su poca capacidad para degradarse. El mercurio inorgánico (mercurio metálico y compuestos de mercurio inorgánicos) pasa al aire durante la extracción de depósitos minerales, al quemar carbón, basuras y a partir de plantas industriales. El mercurio pasa al agua o al suelo desde basureros o por la actividad volcánica. Las concentraciones de mercurio en el medio ambiente están creciendo debido a la actividad humana.El cloruro mercúrico y el metilmercurio son “posibles carcinógenos humanos”. Además, la exposición a metilmercurio tiene como resultado daños permanentes en el sistema nervioso central, a las funciones del cerebro, riñones y en el desarrollo del feto. El mercurio puede dañar el material genético, tener efectos negativos sobre la reproducción y provocar defectos congénitos o abortos.
Papeleras (fábricas de celulosa-pasta de papel):El proceso de fabricación del papel trae aparejado el uso de sustancias químicas altamente tóxicas como el dióxido de azufre (causante de la lluvia ácida), el dióxido de cloro, clorofenoles (organoclorados), hipoclorito, dioxinas y furanos que son vertidos a la atmósfera y al medio hídrico (ríos y costas) y que pueden provocar trastornos en el sistema inmunológico, nervioso y reproductor debido a sus compuestos cancerígenos y mutagénicos.

Industria metalúrgica:Como característica general se trata de procesos que suelen emitir restos de grasas, detergentes, metales, ácidos y sustancias básicas. Sus vertidos son poco biodegradables y con un alto potencial toxicológico. Los principales compuestos vertidos a las aguas son el cromo, el plomo y el mercurio. Estos afectan gravemente a los riñones y al hígado. Causan mareos, molestias en la piel, dolor de cabeza y pérdida de conciencia. El cromo es potencialmente cancerígeno. También emiten al aire y a las aguas CO2, CH4, benzeno, hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH), NOx, arsénico, cianuro, zinc...

Plantas de fertilizantes:Para fabricar fertilizantes químicos es necesario tratar una roca sedimentaria denominada fosforita. Este proceso se hace con ácido sulfúrico. Se obtiene así fertilizantes, ácido fosfórico y yeso. La suma de estos dos últimos es un residuo denominado fosfoyeso. La fosforita tiene en su composición metales pesados como arsénico, plomo, mercurio y cadmio que pasan de la fosforita a los fosfoyesos al no haber ningún tratamiento que los elimine.Los fosfoyesos son susceptibles, además, de contener radionucleidos de las familias del uranio (238 y 235) y del torio 232 en concentraciones anormalmente elevadas. Estos elementos se encuentran en la propia fosforita de la que proceden. La concentración media de uranio en el fosfoyeso es cinco veces superior a la de un suelo no contaminado. Además, las concentraciones de radio 226 y de plomo 210 son unas 20-30 veces superiores a las de un suelo normal.

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